viernes, 8 de abril de 2011

Reflexión: Cuando sabes que es la correcta?

…Hace tiempo no escribo, he dejado esto a la deriva, mis disculpas, me estoy viviendo mi historia de amor…


En conversaciones con mis amigos varones, muchos de ellos que tienen sus novias, siempre terminamos hablando de ellas. Como nos va, como nos tratan, regalos, planes, dudas, pensamientos al azar, pesares, demás. Las respuestas han sido diversas, las reacciones variadas, los temas muchos, las preguntas incesantes, pero me he dado cuenta que con varios hay un factor común que los ata: no están preparados. A lo que me lleva al título de esta entrada, como sabemos que ella es la correcta? En mis años de experiencia he desarrollado un barómetro que considero no me ha fallado para medir esto. Les cuento.

Ejemplo 1- Yo sostuve una relación por más de 3 años con quien es ahora mi ex. Dentro del debido respeto (y muchas veces rayando fuera de el) yo hacía lo que me daba la gana, y cuando me peleaban respondía con un áspero "me conociste así, si ahora no me quieres, arranca, pues yo no pienso cambiar". Algo que muy sumisamente se aceptaba. Bien o mal, así fue la norma, pero como dicen en el campo, la soga corta por lo más fino, y por esa y otras razones eso acabó. El punto es que me importaba poco lo que ella quisiera, porque inconscientemente estaba muy al tanto de que ella no era para mi. Ella fue una etapa, un proceso de aprendizaje que me llevó a entender que debo y no debo hacer, y con que podía y no podía salirme con la mía.

Ejemplo 2- Un muy buen amigo mío está sosteniendo una relación con su novia. Ha tenido varios encontronazos con sus suegros porque el no está dispuesto a ceder en sus actitudes, que aparentemente chocan con el sentir más recatado y tradicionalista de los suegros. Por otro lado, en cada una de nuestras conversaciones se menciona el hecho de todas las posibles 'capturas' que el ha dejado pasar por estar bien con su novia, dicho esto en un tono de resignación o de dolor por el amor al 'juego'.

En mi tiempo de soltería muchas veces le dije que después que hiciera todo bien que no importaba que lo hiciera mal, y ahora entiendo lo mal que estuve en dar esos consejos, menos mal que nunca los siguió. Pero mal que bien, el chico sigue en su camino y haciendo las cosas bien, mis mejores deseos para ellos.

Volviendo, he entendido por fin el denominador común, y no lo voy a cambiar arriba, para que vean que esto también es un proceso para mi, y que poquito a poco me conozco más, igual que abro mis puertas al que lea esto de conocerme a mi. El denominador común es el EGOISMO. Ese es el factor del barómetro que mide si esa persona es o no es la indicada. Hace unos años vi una película titulada 'Original Sin' protagonizada por Antonio Banderas y Angelina Jolie. En un momento dado Banderas pregunta cual es la diferencia entre amor y lujuria, y quien le contesta se lo dijo en unas palabras que difícilmente olvidaré: "Amor es saber entregarlo todo, lujuria es aceptarlo sin remordimiento". Y he ahí el fundamento de mi teorema. Uno conoce que la correcta ha llegado cuando está dispuesto a darlo todo, sin esperar nada a cambio. Cuando los planes dejan de ser para 'mi' y dejan de ser para 'nosotros'. Ahora bien, este amor, este deseo de darlo todo sin esperar nada a cambio debe… no… TIENE que ser recíproco para que funcione, porque si uno lo da todo, y el otro lo acepta sin remordimiento y sin deseo de devolver, no es amor, es lujuria.

Termino esto diciendo que puedo entender este punto porque, creo yo haber encontrado a la indicada para mi. Después de un exilio forzado, ella ha regresado a mi vida, y desde ese día las chispas no han dejado de salir. He decidido ser una mejor persona, un mejor profesional, un mejor cristiano, un mejor hijo, hermano, tío… todo en preparación para algún día poder ser un excelente esposo y consecuentemente un excelente padre…

Hacía tiempo tenia ganas de escribir, espero no haber decepcionado

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